De regreso a mi país
quise a mi pueblo viajar,
y a mi mujer invité
para el viaje realizar.
Se me antojó comer algo
que hace tiempo no comía,
por eso en cualquier lugar
a comer me detendría.
En el kilómetro nueve
ya saliendo a la autopista,
vi una doña vendiendo
entresijo y tripitas.
Se me hizo la boca agua,
y de féferes le compré
casi cincuenta pesos
que ahi mismo me bajé.
Cuando engullí ese manjar
millonario me sentía,
porque hacía mucho tiempo
que tripitas no comía.
Ya pasado el peaje
sentí un gran malestar,
y en seguida presentí
que me había caído mal.
Sentí un gran dolor
y un saliveo excesivo,
porque me cayó muy mal
lo que yo me había comido.
Cuando llegué a Piedra Blanca
pisé el acelerador,
para ver si me daba tiempo
llegar a algún parador.
Cuando llegué a La Posada
el cielo abierto yo vi,
y a toda velocidad
al baño me dirigí.
Cuando al baño yo entré,
con un dolor desesperado,
tuve la mala suerte
que tó estaban ocupados.
Un ejercicio mental
alli debí realizar,
pa' evitar a toda cota
mis pantalones cagar.
Cuando al fin logré entrar
sentí una gran mejoría,
y se me quitó el dolor
de aquella disentería.
Más de veinte minutos
estuve yo allí sentado,
para ver si me aliviaba
del dolor desesperado.
Mi mujer desesperada
me llamó al celular,
para ver si la diarrea
me había dejado llegar.
La doña que limpia el baño
del mal olor se quejaba,
y dijo... el que está ahi
parece podrido estabas.
Cuando volví al vehículo
y en marcha lo fuí a poner,
se me entró el mismo dolor
y al baño debí volver.
Compré un papel sanitario
y mi viaje proseguí,
y diez minutos más tarde para un monte yo cogí.
Mi mujer que es muy astuta
un pañal me fué a comprar,
consciente de que solo así,
al campo podía llegar.
Mis amigos que en el campo
me esperaban pa' un jogorio,
todos estuvieron a punto
de asistir a mi velorio.
Al médico me llevaron
y estaba deshidratado,
me conectaron un suero
y allí me quedé internado.
Estando allí postergado
los análisis me hicieron,
y al otro día temprano
los resultados me dieron.
El dinero que tenía
pa' en el jolgorio gastar,
por culpa de una diarrea
al médico fué a parar.
El médico a mi me dijo
que no comiese en carreteras por
que tó está contaminado
de Escherichia y Salmonela.
Pero dos meses después
ignoré lo que el médico dijo
y me di otra jartura
de tripitas y entresijo
JUAN T.
EL POETA.
SALUDOS A TODOS.
5 comments:
Amigo Poeta estas son cosas que le pasan
a cualquier ser humano
por eso yo te digo
que no te preocupes hermano.
En cuestión de mal digestión
de eso nada se escapa
porque cualquiera se vacía
y casi llena una lata.
BUENO ESO ES ALGO QUE PONE A UNO ASUSTADO! ME COPIASTE POETA?
A pues masoquita el hombre, por que despues de ese trajin yo creo que jamas quedo con gusto de volver a jartarme asi...
Ese deveria pensarlo antes de volver a comer cualquier fritura...
Eso no es relajo, son momentos muy pero muy serios, suerte que la destreza literaria del Poeta nos lo recuerda de una forma comica, hay que tener mucho cuidado con lo que se come en la calle por mas tentadora que luzca la mercancia, sobretodo para el que acaba de llegar, hay que darle un tiempecito al estomago para que se "adapte" al medio, pues de lo contrario no todos tienen la suerte del amigo Poeta que le dio tiempo a "llegar" a un lugar bajo techo en su 1ra. emergencia (y hablo por experiencia propia).
Largo pero me gusto, buena inspiracion tuvo el chamaco jejeje.
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